Por suerte no tengo la misma enfermedad que el
sr. Pujol, la de la intolerancia, el desprecio y el segregacionismo, y
no opino lo mismo de los Catalanes. Un pueblo al que va unida parte de
mi infancia. Aquellas navidades inolvidables en Mataró con mis abuelos y
mis tíos y los amigos que hicimos en aquella calle mi hermano y yo...
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