jueves, 4 de octubre de 2012

Cuando haya equilibrio de rentas habrá equilibrio fiscal y presupuestario.

Todos los días escuchamos a los obispos del Neoliberalismo a través de los medios más neoliberales Financial Times o Wall Street Journal homilías sobre las bondades de la reducción del déficit y el equilibrio presupuestario. En ese sentido desde el Vaticano de la Escuela de Chicago que es el Bundesbank y donde tendrán en un altar a Von Hayek nos están hundiendo en la ruina. Creando una Europa de dos velocidades y rota entre los países del sur y los países del Norte. Una Europa asimétrica en la que un euro vale mucho más barato en Alemania que en España por sus costes de financiación, por la diferencia de prima de riesgo que separa a los dos países, porque para España conseguir un préstamo es mucho más caro que para Alemania. En ese entorno hoy Alemania tiene buenas condiciones de financiación por ser un valor refugio, y no porque económicamente esté creciendo como debiera para ser atractivo a los ojos de un inversor. En el mundo de los ciegos el tuerto es el rey, y en Europa los inversores prefieren tener su dinero en Alemania que correr el riesgo en otras economías. Lo que resulta llamativo es que en Alemania el 25% de la población activa son minijobs, la nada desdeñable cifra de 7 millones de trabajadores que no superan los 400 euros de sueldo y que en muchas ocasiones están por debajo del umbral de la pobreza. En un post anterior escribía como la Federación Alemana de Sindicatos denunciaba que en 1995 las personas con minijobs eran el 15% y que actualmente eran el 25% de la población activa. Alertando de que el crecimiento y la prosperidad económica no estaban mejorando las condiciones de vida de los trabajadores alemanes y que por tanto, la riqueza no se estaba repartiendo equitativamente. Esta mañana en la radio escuchaba que en Alemania el 10% de la población tiene el 55% de la riqueza. En este modelo neoliberal que concentra la riqueza, provoca desigualdades y resulta insostenible a futuro se persigue continuamente el equilibrio fiscal, o presupuestario y en estos casos resulta una Eutopía si Europa quiere continuar como modelo del Estado del Bienestar. Porque un estado del bienestar con concentración excesiva de la riqueza (es decir que las rentas del capital sean muy superiores a las rentas del trabajo, o que como decía antes el 10% de la población concentre el 55% de la riqueza), que provoque desigualdades, pobreza y malestar social no fomenta la convivencia. Hasta que no haya un equilibrio en las rentas, el equilibrio presupuestario no será sostenible.

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