martes, 2 de octubre de 2012

Involución a garrotazos...garrotazo al Parlamento de Castilla La Mancha

Se confirma la medida aprobada por el Gobierno de Castilla La Mancha de eliminar el sueldo de los parlamentarios en esa comunidad. Si hay algo que se ha comprobado a lo largo de la historia es que en momentos de crisis, desigualdades, paro y pobreza en este país aparecen los Salvapatrias. Un salvapatria es aquel personaje que asaltándote con sorpresa y alevosía te larga su perorata entre indignado y ofendido sobre los males que aquejan al país. Inmigración, paro y corrupción son las tres máximas que cita siempre un Salvapatria y de las misma manera que enumera su naturaleza y causas tipo: "Los inmigrantes están acabando con España, los políticos son todos unos chorizos y deberían estar en la cárcel o el paro lo arreglaba yo con un pico y una pala" siempre siempre siempre con tintes autoritarios hay ocasiones en que ni respondes ante tal sarta de barbaridades o que te enardeces y acabas a voces. Un discurso que nace de lo más emocional, de la víscera y de las zonas del cerebro menos evolucionadas y que más nos unen a cuando andábamos a cuatro patas, el cerebro reptiliano y el sistema límbico lo más alejado del neocortex. 

Pues garrotazo al Parlamento Castellano Manchego. La máxima de un Salvapatria es si algo falla se quita, da igual lo que signifique o funcione y por supuesto todo es por el bien de España y los españoles.

Un parlamento es el principal órgano fiscalizador de un gobierno. Dejar la labor de fiscalizar a los gobiernos a personas que trabajen a tiempo parcial, o personas que deben tener en sus empresas un buen puesto para no ser chantajeados en el sentido de "si te vas al parlamento no se te ocurra volver" es una medida que pone trabas a la transparencia y a las explicaciones que debe dar un gobierno en el Parlamento y que por supuesto rompe con el principio de igualdad para participar en política, es decir, es un paso más que mina la libertad de la ciudadanía. Un guiño autoritario, antidemocrático y populista que querrá encandilar a las almas dignas y puras que no se dejan tentar por la corrupción de la labor política y que consideran innecesaria la labor parlamentaria. Un paso más contra la participación de la sociedad civil y política en la vida pública. Y además se defiende como una medida de ahorro. Eso sí, hay dinero para los asesores de las distintas Consejerías que cuestan más que el sueldo de los parlamentarios y en Castilla La Mancha se sigue privatizando la sanidad, hiriendo de muerte la educación pública y los servicios sociales se convierten en beneficiencia. Lo dicho, la involución a la sociedad victoriana de principios de Siglo XIX...y a garrotazo limpio.

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