martes, 22 de mayo de 2012

"La Ciudad" de Manuel Chaves Nogales y el Flamenco

Por las tardes, esta semana que no hace mucha calor, voy a casa dando un paseo desde la oficina mientras leo. La operación no es fácil, hay que ir vigilando las aceras, evitar transeúntes y corregirme en mi manía automática de bajarme de la acera y andar por la calzada. Para mí las aceras de las calles del centro de Sevilla son demasiado estrechas, no se, será manía del pueblo andar por la calzada allí que hay menos tráfico. Lo cierto es que el paseo es agradable y mucho más si vas leyendo "La Ciudad" de Manuel Chaves Nogales, que me recomendó hace unos días Antonio Yélamo. Se que estoy algo monotemático con Chaves Nogales, pero sorprende que siendo el primer libro que escribió su prosa ya es sabia, madura, apenas tenía 23 años y muestra un conocimiento de la ciudad, su historia, la historia de sus personajes y las disciplinas artísticas en las que destacan que te hacen deducir que o ya sabía bastante a esa edad o estaba bien rodeado y sabía escuchar. De Chaves Nogales se puede destacar su lucidez, su capacidad de prospectiva, de análisis para poner en valor lo verdaderamente valioso de Sevilla, despojándola de las visiones de charanga y pandereta de simplones forasteros. A Yélamo según me contaba, le causó mucha impresión cómo ya supo ver la trascendencia que tiene y tendría el flamenco, el cante hondo. A mí me sorprendió ayer cómo en un párrafo fue capaz de anticipar el embrujo y el encanto que causaría el flamenco al resto de la humanidad. El progreso desnaturaliza a la humanidad, la quema con el progreso civilizatorio, y el flamenco con ese caudal de energía primitiva, simbolista arrancaría la admiración de medio mundo. Transcribo el párrafo: "Cuando nos crean definitivamente agotados, aún habrá en nosotros una formidable reserva emotiva, un caudal inexplorado de energía; la energía primitiva, simbolista, inculta, que hoy tiene por expresión el cante hondo. Buscad en otras almas, lo habrán quemado todo a la civilización, y su vida interior será tan externa y pobre como su vida de relación. Entonces las pasiones violentas de nuestro cante hondo y pueril serán la energía que mueva los nuevos nervios de la raza". Edita Almuzara.

No hay comentarios:

Powered By Blogger